viernes, 18 de mayo de 2007

Siendo Pastor Evangelico Pentecostal Encontré la Verdad

¿Por qué se hizo católico?

La proclamación del Dr. Fernando Casanova responde al gran tesoro que descubrió en la Iglesia Católica. No importa el tema de la ocasión, o si se trata de su testimonio, de una predicación, taller o curso, él siempre exalta la fe, doctrina, espiritualidad y moral católica.





El cuestionamiento principal en el proceso de conversión del reverendo Fernando Casanova fue la Eucaristía. No obstante, él es el primero en reconocer que hubo otros temas importantes con los cuales tuvo que lidiar: la excelencia y el rol de la Virgen María en la historia de la salvación, el culto a la Virgen y a los santos, el primado de San Pedro, el papado, el bautismo de infantes y el sacramento de la Confesión. Siempre, sin excepción, encontró una respuesta contundente a favor de la Iglesia Católica Romana.


El Dr. Fernando Casanova reconoce que no siempre descubrió la Verdad católica por iniciativa propia, sino sin quererlo y sin procurarlo; de hecho, por mucho tiempo se resistió, pues no quería hacerse católico.

Hasta que se encontró retando al Señor sometiéndome, por ejemplo, al sacramento de la Reconciliación (Confesión), y predicando en su iglesia pentecostal sobre María y la Eucaristía, y negándose a bautizar al modo protestante, y rehusándose casar a católicos, y enseñando la versión católica de la teología a los seminaristas evangélicos… y un largo etcétera.

Como era de esperarse, una situación extraordinaria de conversión como esta tuvo que ser muy difícil y dolorosa, sobre todo cuando se pierde el afecto de amigos y los hermanos en la fe, y cuando se sacrifica la vocación para la que se creía llamado por Dios, pero sobre todo cuando se perjudica el matrimonio porque el cónyuge no comprende por qué su esposo decide hacerse católico, con lo antipática que les solía parecer esa Iglesia y sus prácticas.

Los esposos Casanova sólo platican de estas dificultades cuando participan de actividades de evangelización y formación a las que son invitados. Este no es el lugar para versar sobre situaciones privadas tan neurálgicas.

Sin embargo, sí podemos aprovechar algunas líneas escritas por el Dr. Fernando Casanova sobre las razones bíblicas, teológicas y espirituales que tuvo para hacerse católico.

A continuación presentamos un breve resumen de estas razones, que hemos tomado y adaptado de una conferencia que dictó Fernando en la XVI Convención de la Asociación Nacional de Sacerdotes Hispanos de los Estados Unidos, el 11 de octubre de 2005, en San Juan.

En esta conferencia se enfatizó el tema de la Eucaristía, que fue la cuestión más importante en la conversión de Fernando, y luego también de su esposa.

El pentecostalismo y yo

Fui criado en la tradición pentecostal. Nunca conocí otra experiencia de fe. No fue difícil para nuestra familia identificar esa fe evangélica y pentecostal como la causa de nuestra excitante vida espiritual, y como razón de nuestra grata convivencia familiar.

Estaba tan agradecido de Dios por el orden religioso en nuestras vidas, por las nuevas oportunidades que me regaló después de haber abandonado la fe de mis padres, viviendo por algún tiempo una vida juvenil desordenada, que decidí entregarme al Señor en cuerpo y alma. Pronto me sentí llamado por Dios a ser pastor. Respondí enseguida. ¡Qué mejor manera de vivir para mi Dios que trabajar para él!

Pero una vez involucrado en el ministerio se me develaron otras razones para querer procurar una vida espiritual cabal, más aferrada a la Escritura, dependiente de la perfecta voluntad de Dios y en sintonía con la Iglesia que él parecía haber establecido en el Nuevo Testamento. Es que tenía que haber algo más profundo, alternativo, en línea con la intención original de Jesús y en comunión con los primeros apóstoles y con aquella Iglesia primitiva de la que me creía heredero, pero de la cual me distanciaba la realidad que comencé a percibir cuando me inauguré como ministro y pastor.

Al principio me entusiasmé con las propiedades liberadoras de la religiosidad pentecostal, y me adherí a ella con todo el corazón. Cuando accedo al ministerio por convicción y vocación, me di cuenta de que arriba, en el liderato, y lejos de la buena fe del pueblo creyente, se encuentra una actitud generalizada de embaucamiento. De pronto, di al traste con la realidad: yo era parte de una ínfima minoría. Me relacioné con otros colegas que se daban cuenta de la corrupción y de la incongruencia con el evangelio de Jesús, con la idea paulina del ministerio cristiano (cf. 2 Co 11, 4 al 12, 21) y con la vida de la Iglesia primitiva (cf. Hch 2, 42.44; 5, 40; 9, 16; 14, 22; Col 1, 24), pero mis compañeros se conformaban.

Tenían miedo. Les preocupaba más su propio bienestar y sus sueldos, y terminaban haciéndose cómplices de la religiosidad sensacional tipo espectáculo. Vi a muchos sucumbir a la fascinación de los predicadores que presentaban a la religión como un show para escapistas: una incubadora de sentimentalismo que atraía a embaucadores apegados al dinero fácil y a la fama. Estos personajes descollaban como súper apóstoles: “¡el hombre de Dios para este tiempo!” o “el Evangelista Internacional”, de los que se resguardaban al lado de un elegante escudo de armas circundado por las palabras “Mengano Ministries”, o detrás de vistosos letreros con la foto artística del pastor y su esposa.

Estos personajes carismáticos se iban constituyendo en los paradigmas del nuevo ministro pentecostal, un prototipo que yo no quería emular y que rechacé con todas mis fuerzas.

La Serie
Ministro Evangelico Pentecostal Encuentra la Verdad
Ministro Evangelico ahora Profesor de Teología en Universidad Católica
Dr. Fernando Casanova - Mi Travesía por la Fe
El Papa ¿es? el Anticristo, La Biblia Evangelica y Martin Lutero
Sobre el Magisterio de la Iglesia, el Papa Benedicto y la Sola Scriptura
El Dogma de la Eucaristía
Siendo Ministro Evangelico me enamoré de La Santisma Madre de Mi Señor Jesucristo

Un Día me Encontré con Jesús en la Eucaristía

Mi Confesión Ante Dios

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